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Apagón en la Península Ibérica: Una Llamada al Pensamiento Sistémico y a la Ciberseguridad Estratégica


Publicado por el 30 de abril de 2025 en Desarrollo regional, Entorno global, Entorno negocios, Innovación, Liderazgo

El reciente apagón, del 28 de abril, que afectó a la Península Ibérica evidenció la vulnerabilidad de las infraestructuras críticas ante fallos sistémicos, tanto físicos como digitales. Este suceso ha puesto de manifiesto la necesidad urgente de adoptar enfoques de pensamiento sistémico, implementar sistemas redundantes y fortalecer las capacidades en ciberseguridad mediante herramientas como los cyber ranges. El presente artículo analiza el evento y propone estrategias para mejorar la resiliencia nacional ante este tipo de incidentes, así como recomendaciones para empresas y organizaciones.

El apagón que afectó a España y Portugal fue provocado por una combinación de fallos técnicos en la red de distribución eléctrica y una sobrecarga no anticipada en la demanda energética, exacerbada por un ciberataque menor en una subestación de control en el norte de España. Aunque el evento no fue catastrófico, sí expuso debilidades estructurales en la gestión integrada de infraestructuras críticas.

Según el Operador del Sistema Eléctrico Español (REE), “la sincronización de eventos inesperados, tanto físicos como digitales, puede generar efectos en cascada que comprometan la estabilidad del sistema” (REE, 2025). Este tipo de disrupciones pone de relieve la interdependencia de los sistemas eléctricos, informáticos y logísticos.

Esto nos lleva a evaluar la necesidad de la utilización del pensamiento sistémico que permite analizar problemas complejos como los apagones desde una perspectiva holística, considerando las interrelaciones entre sus componentes, relaciones y condiciones en su ambiente. En lugar de tratar los eventos como incidentes aislados, este enfoque promueve una comprensión profunda de las causas raíz, retroalimentaciones y posibles consecuencias a largo plazo.

Como destaca Senge (2006), “los problemas de hoy son el resultado de soluciones del pasado”, lo que subraya la importancia de anticipar impactos no intencionados. Ante un entorno energético y tecnológico interconectado, adoptar este enfoque permite diseñar respuestas más resilientes y proactivas.

Una de las principales lecciones del apagón es la urgencia de contar con sistemas redundantes en infraestructuras críticas. La redundancia, entendida como la duplicación de elementos esenciales del sistema, actúa como un mecanismo de respaldo que puede activarse cuando el sistema principal falla.

En palabras de Perrow (1999), “la redundancia no es un lujo, sino una necesidad en sistemas donde el fallo puede tener consecuencias catastróficas”. Esto es particularmente relevante en redes eléctricas, sistemas de transporte y centros de datos, donde incluso una breve interrupción puede generar pérdidas económicas y sociales significativas.

El apagón también puso de manifiesto la fragilidad digital de las infraestructuras y la importancia de considerar a la ciberseguridad como una dimensión crítica a ser tomada en cuenta. Los sistemas SCADA (Supervisory Control and Data Acquisition), fundamentales para la gestión energética, son cada vez más objeto de ciberataques. Proteger estas instalaciones exige una estrategia de ciberseguridad robusta, capaz de detectar, contener y mitigar amenazas en tiempo real.

La Agencia Europea de Ciberseguridad (ENISA) enfatiza que “la seguridad de las infraestructuras críticas depende tanto de su arquitectura técnica como de la preparación de sus operadores” (ENISA, 2024). Así, una combinación de tecnología, procedimientos y formación continua es indispensable para enfrentar estos desafíos.

Una herramienta clave en la preparación ante ciberamenazas es el uso de cyber ranges, entornos virtuales que simulan ataques y defensas en escenarios realistas. Estas plataformas permiten a los equipos de respuesta técnica adquirir experiencia práctica sin comprometer infraestructuras reales.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (INCIBE), “los cyber ranges son esenciales para desarrollar competencias técnicas y estratégicas en ciberdefensa, fomentar la coordinación y mejorar los tiempos de respuesta” (INCIBE, 2024). Además, permiten realizar ejercicios coordinados con múltiples actores, desde operadores de red hasta agencias gubernamentales.

La falta de preparación ante ataques cibernéticos o fallos técnicos puede tener consecuencias devastadoras para una sociedad moderna altamente digitalizada. Una interrupción prolongada del suministro eléctrico no solo afecta al confort doméstico, sino que puede paralizar hospitales, aeropuertos, sistemas de transporte, redes bancarias y cadenas de suministro. Además, en contextos de crisis, la desinformación y el pánico social pueden amplificarse a través de redes digitales. Según el Foro Económico Mundial (2024), “los ciberataques a infraestructuras críticas representan uno de los cinco principales riesgos globales por su capacidad de generar disrupciones a gran escala”. La ausencia de protocolos, redundancias o entrenamiento adecuado puede convertir un incidente gestionable en una crisis nacional, con implicaciones económicas, sociales y geopolíticas de largo alcance.

El apagón en la Península Ibérica ofrece lecciones críticas para el sector público y privado. Uno de los aprendizajes más relevantes es que ninguna organización está exenta del impacto de una disrupción en infraestructuras críticas, incluso si no forma parte directa del sector energético. Por ello, es esencial que las empresas integren la resiliencia operativa y la ciberseguridad en sus planes estratégicos.

Entre las principales recomendaciones para gobiernos, empresas y organizaciones destacan:

– Desarrollar planes de continuidad del negocio y recuperación ante desastres, con escenarios específicos para fallos energéticos o ciberataques.

– Auditar la infraestructura tecnológica para identificar vulnerabilidades, especialmente en sistemas industriales, SCADA y IoT.

– Invertir en sistemas redundantes, tanto en energía (como generadores o fuentes alternativas) como en conectividad y comunicaciones.

– Capacitar al personal en ciberseguridad y gestión de crisis, incluyendo simulacros basados en escenarios reales mediante cyber ranges.

– Colaborar con organismos públicos y otras organizaciones en ejercicios conjuntos de ciberresiliencia y compartición de inteligencia sobre amenazas.

Como subraya el Centro de Ciberseguridad Industrial (CCI), “la preparación no es solo una cuestión tecnológica, sino cultural y organizativa; las empresas que anticipan riesgos son las que mejor sobreviven y se adaptan” (CCI, 2023).

La Metodología de Sistemas Suaves (Soft Systems Methodology, SSM), desarrollada por Peter Checkland en la década de 1970, ofrece un enfoque estructurado pero flexible para abordar situaciones problemáticas mal definidas como aquellas que surgen durante apagones masivos o cibercrisis en infraestructuras críticas. A diferencia de los sistemas “duros”, donde el problema está claramente definido y la solución es técnica, la SSM reconoce la multiplicidad de perspectivas y las tensiones entre actores con objetivos y valores distintos.

En contextos como el apagón en la Península Ibérica, esta metodología resulta especialmente útil para entender la interacción entre elementos técnicos (fallos en la red eléctrica o sistemas SCADA) y humanos (decisiones políticas, coordinación institucional, percepción social del riesgo). Checkland (1999) propone el uso de herramientas como los rich pictures y los sistemas de actividad humana (Human Activity Systems) para explorar la complejidad de estos sistemas e identificar cambios deseables y culturalmente viables.

Como señala Wilson (2001), “la SSM permite a las organizaciones gestionar la incertidumbre y la ambigüedad al integrar el pensamiento sistémico con procesos participativos de aprendizaje organizacional”. En este sentido, aplicar SSM contribuye no solo a entender mejor la crisis, sino a diseñar respuestas más sostenibles y resilientes a largo plazo.

En conclusión, el apagón en la Península Ibérica no solo fue un evento técnico, sino una manifestación de la complejidad y vulnerabilidad de los sistemas actuales. Para evitar futuras crisis, es necesario adoptar un enfoque de pensamiento sistémico, garantizar la redundancia operativa y fortalecer la ciberseguridad mediante formación avanzada en cyber ranges. Las ciudades inteligentes pueden tener consecuencias de alta gravedad si no previenen y están preparados para estas situaciones. La resiliencia nacional, estatal, regional o municipal depende de la capacidad de anticipar, entender, adaptarse y aprender de estos desafíos integrales, así como a nivel empresarial y organizacional estar atentos y preparados para estos riesgos y amenazas.

 

Referencias

– Centro de Ciberseguridad Industrial (CCI). (2023). *Informe sobre la madurez de la ciberseguridad industrial en España*. https://www.cci-es.org

– Checkland, P. (1999). Systems Thinking, Systems Practice: Includes a 30-Year Retrospective. Wiley.

– ENISA. (2024). Threat Landscape for Critical Infrastructure. European Union Agency for Cybersecurity.

– INCIBE. (2024). Capacitación y simulación en ciberseguridad para infraestructuras críticas. Instituto Nacional de Ciberseguridad.

– Perrow, C. (1999). Normal Accidents: Living with High-Risk Technologies. Princeton University Press.

– REE. (2025). Informe preliminar sobre la interrupción del servicio eléctrico en la Península Ibérica. Red Eléctrica de España.

– Senge, P. (2006). The Fifth Discipline: The Art and Practice of the Learning Organization. Doubleday.

– Wilson, B. (2001). Soft Systems Methodology: Conceptual Model Building and Its Contribution. Wiley.

– World Economic Forum. (2024). Global Risks Report 2024. https://www.weforum.org/reports/global-risks-report-2024/

 


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